venerdì 6 agosto 2010
A la vuelta de Bolivia
Ernesto regreso de Bolivia, con una multitud de sensaciones, de imágenes, de hojas verdes, de existencia, de fuerza. De esperanzas cubiertas. Repleto de mezclanzas, de aromas, con glorias. Marcado de coraje, de evocaciones. Con agua, de bóvedas celestes en las entrañas.
“… en ayer sin retorno, en lluvia embalsamada…”
“… sin embargo los ojos incerrables miran, como si no pudieran mirar…”
Agradecer y disculpar. Gracias por haber encontrado en vosotros y vosotras unos compañeros de camino, unos amigos y amigas, donde nunca antes los había descubierto. Perdón por las molestias, y por no haber estado en todas las afrentas, sobre todo en esos tragos largos, en las noches de ron. Mi maltrecho cuerpo, a veces desvanece, a veces muere, a veces pierde la defensa.
“… tu querida presencia…”
“… vienes quemando la brisa…”
Ahora, solo queda más compromiso, más pisadas, más senderos solidarios. El recuerdo. Lejos queda la certeza de la savia, de los hechos afligidos. Cerca, el cariño, las ganas de nuevo de nuestro día a día.
Un abrazo.