sabato 3 luglio 2010

Marcho a Bolivia. Éxito y fracaso.


Ernesto marcho a Bolivia, con un cúmulo de ideas, de sentimientos, de nubes, de esperanzas, de muerte, de vida, de expectativas, de ilusiones. Lleno de sin sabores, de rabias, de penas, de alegrías, de tristezas, de recuerdos, de derrotas consternadas, de lluvia, de cielo en los pulmones. Un absurdo previsible.
“… da vergüenza mirar los cuadros, los sillones, las alfombras…” .
Las personas creemos a menudo que el éxito es la meta que tenemos que alcanzar para llegar a realizarnos y ser felices. Casi todos hoy en día andamos más que deprisa, por llegar a esa meta, sin pararnos ni un segundo a reflexionar o valorar, en qué consiste ese éxito y para qué él alcanzarlo, o lo que es más grave, cuánto cuesta.
Desde hace años, amigos y amigas míos, familiares y conocidos y conocidas, se han preocupado por mi éxito y seguro algunos y algunas, tras las cortinas de su intimidad se han regocijado en mis fracasos.
A todos y todas siempre les he respetado y siempre les pedido confianza y paciencia, templanza. Saber estar ante las situaciones a las que nos expone la vida, no por mi bien, sino por el suyo propio. Teniendo en cuenta que uno, cuando asume libre y voluntariamente ciertas aventuras, asume también el posible dolor amargo de la derrota, de la que sin duda se aprende con sosiego y conciencia.
“… vergüenza tener frío y arrimarse a la estufa como siempre, tener hambre y comer, esa cosa tan simple…”.
La misma conciencia, que debe regir cada uno de nuestros pasos y cada uno de los suspiros de aire que vamos dejando en el camino. Porque eso es la vida. Lucha, dignidad y guerrilla. Un largo paseo, por el que tus esperanzas, a menudo unidas a una colectividad y a unas cuantas personas, se van desvaneciendo o se van colmado, siempre a ratos, siempre a tiempos, siempre a medias.
“…irascible ternura…”.
“…entrañable transparencia…”
Sinceridad en la acción y fortaleza en las convicciones es la mejor armadura, para no ser ridiculizados en nuestras esperanzas. Trabajo y constancia, amor y rosas, son las armas con las que enfrentarte a la incertidumbre del camino de la vida.
Hasta la vuelta, amigas y amigos.
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